De alguna manera, sabes que tienes que dejar de fumar, sin embargo pueden aparecer una serie de «peros» que no te ayudarán mucho en tu objetivo de dejar de fumar definitivamente. Pero recuerda que tú eres más fuerte que tus dudas y miedos.
Estos «peros» son normales, y la mayoría de las personas que han dejado de fumar los han experimentado, siendo en realidad miedos y dudas que aparecen en la mente y que intentan boicotear los objetivos. Lo bueno es tomar consciencia de que estos miedos y dudas los creas tú, y al igual que los creas también puedes destruirlos.
Los obstáculos que suelen aparecer a la hora de dejar de fumar, basados en las experiencias de miles de ex-fumadores, y con algunos de los cuales, tú te puedes identificar, son los siguientes:
No poseo suficiente fuerza de voluntad
Falso. Tú puedes conseguir dejar el tabaco como también has conseguido otras cosas importantes en la vida. Hacer un repaso de tus logros puede ayudarte a comprender que eres muy capaz de dejar de fumar y de mucho más. En ese repaso identifica los recursos y herramientas que te ayudaron a alcanzar tus éxitos, y algunos de los cuales quizás hayas abandonado. Todos esos recursos son fortalezas que te ayudarán también a llegar al éxito en este propósito.
Es más, si hay otras miles de personas que lo consiguen día tras día, ¿por qué no ibas a lograrlo tú?. Hay una frase celebre que dice lo siguiente: «De lo que un hombre es capaz cualquiera es capaz». Si otros lo consiguen tú también puedes.
He probado otras veces a dejar de fumar y no he podido
Recuerda que puedes perder una, dos o más batallas, pero esas pequeñas derrotas son fuentes de aprendizaje que te pueden ayudar a ganar lo más importante: La Guerra contra el Tabaco. Un niño pequeño aprende a caminar a base de caídas, y cada caída le aporta una valiosa información que poco a poco le ayudará a caminar. Tendrá que caer muchas veces, pero lo importante es que ese niño siempre se levantará y al final conseguirá su meta: Caminar. Recaer no es un fracaso definitivo, sino una nueva etapa que te acerca un poco más al objetivo. Es como dar un paso atrás para tomar impulso y saltar más alto.
No encuentro el momento adecuado para dejarlo
Esto no es más que una excusa. La vida es una sucesión de altibajos, y es cierto que el hecho de pasar por un mal momento, no ayuda en el propósito de dejar de fumar. Sin embargo siempre hay buenos periodos, y se puede planificar el abandono definitivo del tabaco para unas vacaciones, un cumpleaños, un aniversario, etc. Pon una fecha, prepara un plan y pasa a la acción celebrando cada uno de tus logros, por pequeños que sean. No esperes más, ahora es el momento.
Tengo miedo a engordar
Puedes dejar de fumar sin engordar. Aun así, es verdad que muchas personas ganan peso al dejar de fumar. Esto se debe a que:
- Es posible que se de un aumento del consumo de calorías cuando, para combatir la ansiedad, se cambian los cigarrillos por dulces, galletas, pastas y otros alimentos con un contenido elevado de calorías.
- Cuando se fuma, el organismo consume más calorías para eliminar los tóxicos que alberga el tabaco. Al dejar de fumar, el cuerpo disminuye el gasto energético.
- Las personas que dejan el tabaco recuperan el gusto y el olfato, por ello perciben que los alimentos saben y huelen mejor y tienen más ganas de comer, optando en muchas ocasiones por «picar» y aumentar el consumo de alimentos con alto índice calórico: dulces, snacks salados, patatas fritas, pastas, pan, etc.
Para abordar esto, tienes que saber que es posible añadir al plan de abandono del tabaco tácticas para evitar esta ganancia de peso. Si sigues el plan propuesto en esta Web, encontrarás formas sobre cómo hacerlo.
Si ganas algo de peso aun así, no te preocupes. Pasada la época de abstinencia (la cual suele durar poco), se pasa también el asunto de engordar y se supera. Ten claro que es mucho menos grave para la salud tomar unos kilos que seguir fumando.
Quizás reduciendo el consumo a 3 ó 4 cigarrillos diarios…
Esto no ayuda, pues después de un tiempo el consumo vuelve en general a subir de nuevo. Cuesta lo mismo bajar a 3 ó 4 cigarrillos que dejar de fumar definitivamente. Es más, cuando bajas el consumo, la ansiedad por la mayor espera al próximo cigarro provoca mal estar, y esa sensación negativa hace, que, como se ha dicho antes, el consumo vuelva inevitablemente a subir. A pesar de que el aumento en el consumo incrementa el riesgo de padecer enfermedades, no existe una mínima cantidad por debajo de la cual este riesgo sea pequeño o desaparezca, y disminuir el consumo no evita el riesgo.
Comenzaré fumando menos
Algunas personas comienzan su objetivo disminuyendo paulatinamente el consumo diarios de cigarrillos, para llevar mejor el síndrome de abstinencia. Sin embargo, lo importante es fijar una fecha a partir de la cual no se fumará más. Sea como sea, tienes que tener claro el objetivo: dejar de Fumar definitivamente. Si empiezas bajando el consumo y no pones fecha, lo más probable es que comience de nuevo a subir el nº de cigarrillos hasta volver a fumar lo mismo que antes.
Para fumar menos, probaré con la pipa y los puros
La verdad es que al fumar en pipa o fumar puros, normalmente se inhala menos humo. Pero las personas que optan por estas formas de consumo, en general, aguantan más tiempo el humo en la boca, con lo que aumenta la incidencia de cáncer de boca y patología oral y buco-dental. Es más, la concentración de sustancias tóxicas suele ser mayor con el humo de pipa y de puros; en consecuencia, se incrementa el riesgo para las personas que están alrededor. Por otra parte, las personas que previamente fumaban cigarrillos mantienen parcialmente la costumbre de la inhalación del humo, siguiendo así el efecto nocivo sobre los pulmones.