Padecer algún dolor de oido a lo largo de la vida es lo corriente, y la infancia resulta seguramente la época en la que sucede con mayor frecuencia. El dolor de oido suele ser agudo y presentar cierto escozor, además puede llegar acompañado de fiebre, supuración, picor y hasta una disminución de la capacidad auditiva.
Causas del dolor de oido
El dolor de oido puede estar causado por una otitis externa, es decir, una inflamación e incluso infección del oído externo. Este tipo de otitis suele darse entre los jóvenes, más propensos a nadar en aguas donde habitan abundantes bacterias, aunque también puede surgir después de ir a la piscina, hurgarse la oreja o por tener algo clavado en él.
El dolor de oido es síntoma a menudo de una otitis media, una infección de oído debida a la obstrucción de la trompa de Eustaquio y propiciada frecuentemente por un resfriado. Habitualmente no dura mucho, pero resulta dolorosa. Esta afección es muy corriente en los niños, que pueden sufrirla por un enfriamiento, alergia, humo de tabaco o exceso de saliva durante la dentición.
El dolor de oido puede estar provocado igualmente por una artritis mandibular, el cambio de presión –como cuando subimos a una montaña o viajamos en avión–, un tímpano dañado, un fuerte ruido o una infección dental o de garganta.
Remedios caseros para aliviar el dolor de oido
El dolor de oido suele ser tratado médicamente con paracetamol, ibuprofeno, antibióticos o gotas para los oídos, pero podemos aliviarlo también con remedios caseros naturales.
Si el dolor de oido es consecuencia de un cambio de presión se puede combatir tragando agua de vez en cuando, y en los adultos también masticando chicle. Cuando existe inflamación del oído externo, el dolor de oido puede calmarse colocando en la zona un paño fresco –nunca hielo– durante unos minutos. Si se padece de otitis media –obstrucción de la trompa de Eustaquio por un enfriamiento– es el calor el que disminuirá el dolor, e igualmente lo conseguiremos durmiendo con la cabeza más elevada para descongestionar la zona.
Otros remedios caseros ancestrales para el dolor de oído son las maceraciones e infusiones, aunque siempre que el tímpano no esté perforado. Ayudará a acelerar la curación hervir hojas de orégano y echar en el oído tres gotas tibias de esta infusión, o macerar un ajo ligeramente machacado en aceite de oliva durante tres horas y echar dos gotitas en el oído, pues el ajo es un estupendo antibiótico natural. Una cataplasma de hojas frescas de albahaca junto a la entrada del oído –sin introducir– también resulta muy útil, igual que machacar sobre un paño limpio una cebolla que no haya estado en el frigorífico, envolverla en él y colocarla junto al pabellón auditivo. Para que el oído se descongestione, lo adecuado es permanecer erguido mientras surten efecto estos remedios.
En cualquier caso debe acudirse al médico siempre que la fiebre sea significativa, se sufran mareos o un fuerte dolor de cabeza, exista inflamación en el oído externo o los músculos de la cara se vean afectados.
Cómo prevenir el dolor de oido
El dolor de oido puede eludirse dejando de fumar y evitando que niños y mayores estén expuestos al humo de tabaco. Para prevenir las infecciones de oído es asimismo importante no introducir objetos, evitar el baño en aguas contaminadas, procurar que no entre el agua en los oídos durante la ducha o tener cuidado con las alergias y los resfriados.
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La higiene puede prevenir las infecciones, especialmente en los niños, que se contagian continuamente resfriados entre ellos; por este motivo, lavar los juguetes que comparten y sus manos de vez en cuando puede evitarlas.
